-Si lose. ¿Entonces qué vamos a hacer, Violet?
-Bueno,
tratare de no golpearlos y ser más tolerante con ellos, para que no me
expulsen.
-Si,
está bien. Y sabes que has dado una mala impresión en tu primer día ¿verdad?
Bueno regresa a tu clase. Te va a venir a recoger Alexander en la salida. Nos
vemos luego.
-Ok,
nos vemos luego.- Me levante de la silla y me dirigía a la mi salón.
Todas
las demás clases fueron aburridas todas. Solo esperaba que se acabaran las clases y poder irme a…, estaba pensado en
casa pero yo no tengo casa así que seria. Y poder irme con Alan a la mansión…
Y por
fin llego ese momento a la salida vi a Alan y lo jale de a mano para entrar
rápido a la parte de atrás de la limosina que conducía Alexander.
-¿Por
qué tanta prisa?- pregunto Alexander.
-No
soporto la escuela, la odio, pero Xavier quiere que vaya y por mi está bien… o
eso creo.
-Tranquila
Violet ya te acostumbraras a la escuela y después de un tiempo no te importara.-
Dijo Alan con una de esas sonrisas que me encantaban. Respire profundamente y
me recargue en el respaldo y dije:
-Tienes
razón, me acostumbrare, pero es que se me va a hacer muy difícil.-dije haciendo
un puchero.
–Yo
estaré contigo, no preocupes.-dijo riendo por mi cara.
–Bueno
si tu estas; entonces está bien, pero no me dejes sola.
–Claro
que no, te prometo que nunca de los nunca de los jamases te voy a dejar sola.-lo
dijo muy serio y con la mano en el corazón.
–Bueno
ya lo prometiste ¿eh? Ya no puedes
arrepentirte.
–Okey,
okey está bien.
En ese
momento llegamos a la mansión…
Estaba
en el entrenamiento como todos los días desde hace 2 años, hace 2 años que
murieron mis padres, hace 2 años que me vine a vivir en la mansión y hace 2
años que conocí a mi mejor amigo, Alan. Y hace un año descubrí en lo que
trabajaba Xavier, él se comportaba muy misteriosamente, así que en un año pude
convencer a Xavier que me lo dijera. Él era un cazador, pero no de esos
cazadores normales que buscan tesoros o personas, etc..., él era un cazador de
mostros, hombres lobo, ángeles, fantasmas, nomos, hadas, duendes, etc… pero lo
mejor de todo era que cazaban vampiros. Vampiros de verdad, los vampiros
existían, ellos eran y son mi más grande obsesión desde pequeña, y ahora que
descubrí que si existen eh decidido conocer a uno. O mejor dicho cazar a uno.
Después de conocer el trabajo de Xavier y saber que los vampiros existen,
convencí a Xavier para que me dejara ser cazadora; pero él se negó rotundamente
porque era muy peligroso y además decía que no había cazadoras solo cazadores
pero después de un tiempo lo convencí
solo faltaba convencer al “consejo”, que es un grupo de viejos que según tiene
mucha experiencia cazando, pero los convencí a ellos también y llevo 1 año
entrenando para cazar un vampiro aunque Xavier dice que es muy peligroso solo
los mejores pueden, porque los vampiros son los “monstros” más poderosos.
Aunque yo no creo que son monstruos, son personas bueno no personas si no seres,
son diferentes, pero iguales como los animales hay diferentes tipos de
animales, así que hay diferentes seres vivos que sienten, pero ese es otro
pensamiento. Decía que los vampiros son los más poderosos pero aun así yo
quería conocer uno. Y hasta este momento solo me habían llevado a cazar hadas,
nomos, duendes cosas muy fáciles. Y realmente les dejaba el trabajo a los demás
porque aunque era una cazadora y pensaran que no podía hacerlo es que no quería
eso; quería una misión más grande que hadas, quería conocer a un vampiro.
-Violet.-dijo
Alan desde la puerta del cuarto de entrenamientos.
-¿Si?-voltee
a verlo. Él me sonreía con esa sonrisa de siempre que tanto me encantaba. Alan
era mi mejor amigo y me gustaba mucho. No sabía si yo a él y nunca le eh dicho
nada, ni pienso decírselo.
- ¿Te
has quedado otra vez toda la noche entrenando?- no dije nada- Si ¿verdad? Bueno
ya es hora de ir a la escuela.
- ¿Tan
temprano?
-De
hecho se nos ara tarde. Cámbiate rápido.- dijo y se marchó.
Fui
rápidamente a mi habitación. Ya tenía 17 y seguía teniendo los mismos gustos
que hace 2 años. La ropa, la actitud, los gustos. Mi ropa seguía siendo negra
tipo gótica, era el mismo estilo que Xavier. Mi actitud igual, seguía
portándome como una niña que no sabe lo que dice pero en realidad si lo sabía, sabía
exactamente lo que decía igual que hace años. Mi cabello había crecido me
llegaba a la mitad de mi espalda ahora era más alta, mi cuerpo estaba más
formado; ya no parecía una niña, parecía una mujer. Mis gusto pues los mismos
colores y me seguían encantando los libros de vampiros seguía leyendo los que tenía
desde hace años y otros que me había comprado en una librería a escondidas… Y
otros me los robe de la biblioteca; eran muy interesantes los de la biblioteca porque
eran reales las historias. Se preguntaran por que dije que los robe y otros que
los compre a escondidas. A nosotros no nos dejan fantasear con mitos falsos ni
emocionarnos con los “monstros”, por eso Xavier “no me dejaba tenerlos”, lo
digo así porque en realidad él sabía que me compraba libros y que me los robaba
de la biblioteca pero nunca decía nada.
-Apúrate,
Violet.
-Ahí
voy, ahí voy, no seas impaciente.
-Ya se
nos hizo tarde.-dijo decepcionado.
-Yo
manejo.-reí.
-
¡¿Qué?!-dijeron Alexander y Alan al mismo tiempo.
-Que
yo manejo. Súbete a mi auto, Alan.-dije. Alan se subió rápidamente al coche y
enseguida arranque. Decían que conducía como loca, porque lo hacía muy rápido,
pero a mí me gustaba ir rápido. La velocidad me encantaba.
-Baja
un poco la velocidad, Violet.- Me reí.
-Tranquilo,
Alan, no pasa nada.- Llegamos rápido a la escuela, como siempre que yo manejo.-
Vez te dije que no llegaríamos tarde.
-Si
como siempre que tu manejas, lose.- Dijo poniendo los ojos en blanco.-
Entremos.
La
escuela era igual que siempre, como antes, y siempre será así tan aburrida. No tenía
amigos todos eran uno niños de papi que creían que todo se solucionaba con
dinero. Solo tenía a Alan que era mi amigo desde que llegue aquí, asido el
único que me ha comprendido y Xavier pero ese es “adulto”, porque eh
descubierto que se comporta como un niño a veces. Las clases eran las más
aburridas de todas pensaban que nunca ponía atención pero era demasiado fácil aprender
todo eso. Siempre Xavier me avía felicitado por mis calificaciones el único
problema en la escuela eran las peleas, siempre me peleaba con alguien no
importaba si era hombre o mujer o hasta los maestros. Pero es que no lo podía
evitar si me molestaban o molestaban a Alan; que era muy seguido, y el no así
nada, no entendía porque, me peleaba, también cuando un maestro decía o asía
algo contra mí, debo decir que casi todos mis maestros me odiaban. Menos los
maestros de literatura y deportes. Es obvio ¿no creen? la de literatura por que
eh leído muchos libros y a veces tenemos discusiones sobre ellos que me gustan
y a ella también, el de deportes porque era la mejor y en realidad me caía muy
bien.
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